viernes, 17 de enero de 2014

Permanecer en el amor

 “Se puede permanecer en el amor sólo bajo la condición de que se observen los mandamientos, como afirma Jesús: «Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor» (Jn 15, 10).”

martes, 14 de enero de 2014

Madre de la Iglesia y de la fe

“Madre de la Iglesia, Virgen auxiliadora, en la humildad de la fe de Pedro, traigo a tus pies a toda la Iglesia, todos los continentes, países y naciones, que han creído en Jesucristo y han reconocido en él el estandarte que los guía en el camino a través de la historia. Te traigo, oh Madre, a la humanidad entera, incluso a los que aún están buscando el camino hacia Cristo. Sé tú su guía; ayúdales a abrirse al Dios que viene. Te traigo, en mi oración, a los pueblos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, y encomiendo a tu solicitud maternal todas las familias de las naciones. Madre de la fe de la Iglesia, de la misma forma que, en el cenáculo de Jerusalén, permanecías en oración con los discípulos de Cristo, así también hoy permanece con nosotros en el cenáculo de la Iglesia hacia el segundo milenio de la fe y alcánzanos la gracia de abrirnos al don del Espíritu de Dios.”

domingo, 12 de enero de 2014

El bautismo de Jesús y el comienzo de su vida pública

“Aún hace poco tiempo, nos alegrábamos por la venida al mundo del Hijo de Dios en la noche de Belén y, apenas hace unos días, por la venida de los Magos de Oriente. Hoy contemplamos estos acontecimientos desde la perspectiva de "unos treinta años" (Lc 3, 23) de Jesús. Y aún cuando retornaremos todavía al período de la infancia en la fiesta de la Presentación del Señor, sin embargo, ya queda hoy cerrada, en cierto sentido, esta perspectiva.
Dejamos rápidamente el tiempo de la vida oculta en Belén, Egipto y Nazaret, para encontrarnos en los umbrales de la actividad mesiánica y pública del Redentor.
Precisamente en este momento, cuando Juan en las riberas del Jordán señala "al cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (cf. Jn 1, 29), la voz de lo alto vuelve a confirmar la filiación divina de Cristo.”


La promesa de la vida eterna

 “El amor y la vida según el Evangelio no pueden proponerse ante todo bajo la categoría de precepto, porque lo que exigen supera las fuerzas del hombre. Sólo son posibles como fruto de un don de Dios, que sana, cura y transforma el corazón del hombre por medio de su gracia: «Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (Jn 1, 17). Por esto, la promesa de la vida eterna está vinculada al don de la gracia, y el don del Espíritu que hemos recibido es ya «prenda de nuestra herencia» (Ef 1, 14).”

(Beato Juan pablo II EncìclicaVeritatis Splendor, 23)

viernes, 10 de enero de 2014

Sembrar la buena semilla del Evangelio

“La contribución de la Iglesia está íntimamente vinculada a su misión evangelizadora, que consiste en sembrar la buena semilla del Evangelio en los surcos de la historia de los pueblos para que, acogiendo el germen vital de la fe que salva, produzcan frutos de justicia y paz, libertad y verdad.”

martes, 7 de enero de 2014

Nadie puede ser excluido de la gran familia humana

 “Una civilización que rechace a los indefensos merecería el nombre de civilización bárbara, aunque lograra grandes éxitos en los campos de la economía, la técnica, el arte y la ciencia. La Iglesia, fiel a la misión que recibió de Cristo, a pesar de las debilidades y las infidelidades de muchos de sus hijos e hijas, ha anunciado con coherencia en la historia de la humanidad la gran verdad sobre el amor al prójimo, ha aliviado las divisiones sociales, ha superado las diferencias étnicas y raciales, se ha inclinado sobre los enfermos y los huérfanos, sobre los ancianos, sobre los minusválidos y sobre los que carecen de hogar. Ha enseñado con palabras y obras que nadie puede ser excluido de la gran familia humana, que nadie puede ser abandonado al margen de la sociedad. Si la Iglesia defiende la vida por nacer, es porque contempla también con amor y solicitud a toda mujer que debe dar a luz.

domingo, 5 de enero de 2014

Seguir de cerca los pasos del Maestro

“La Iglesia exige un estilo de vida sacerdotal y religiosa profundamente arraigado, según conviene a discípulos y apóstoles que, fascinados por el Maestro, siguen de cerca sus pasos.  De este modo os sentiréis, como ya aconteció a los Magos venidos de lejos, cada vez más comprometidos en la tarea de buscar al Salvador, haciéndoos interiormente la misma pregunta que los tres Sabios: "¿Dónde ha nacido el rey de los Judíos?" (Mt 2, 2). Recorreréis así el camino que conduce hacia Él aceptando los signos que la Providencia os manifestará; confirmaréis la decisión de responder con generosidad a la vocación sacerdotal y religiosa, encontraréis de nuevo el ardor y el vigor necesarios para dar pleno testimonio del Señor; experimentaréis la alegría, a veces difícil, pero estupenda, de la fatiga pastoral y del empeño apostólico.”


sábado, 4 de enero de 2014

Imitar a Cristo gracias a un don recibido

 “Imitar y revivir el amor de Cristo no es posible para el hombre con sus solas fuerzas. Se hace capaz de este amor sólo gracias a un don recibido. Lo mismo que el Señor Jesús recibe el amor de su Padre, así, a su vez, lo comunica gratuitamente a los discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor» (Jn 15, 9). El don de Cristo es su Espíritu, cuyo primer «fruto» (cf. Ga 5, 22) es la caridad: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Rm 5, 5).”