jueves, 10 de febrero de 2011

Proclamar el mensaje evangélico en toda su pureza e integridad

“El mensaje evangélico no será auténtico y en consecuencia no será capaz de renovar en profundidad la vida cristiana, si no es proclamado en toda su pureza e integridad. Hay que superar pues la tentación de reducir el Evangelio a ciertos pasajes interpretados según los propios gustos y opiniones o de acuerdo a posturas ideológicas preconcebidas.”

(del Encuentro del Santo Padre Juan Pablo II con sacerdotes, religiosos y religiosas, Catedral de Montevideo, Martes 31 de marzo de 1987)

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