“Cristo es la luz de los hombres, porque les revela a Dios. Sólo El conoce a Dios: conoce al Padre y es conocido por El. También El, únicamente El, lleva la luz de la revelación divina a los corazones humanos. Gracias a El hemos conocido al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, al Dios Unico en la Trinidad que es «el principio y fin» de todo lo que existe. En El está nuestra salvación eterna.”
“El Hijo es la luz del mundo porque nos da la vida de Dios. Esta vida divina es para nosotros un don, es decir, la gracia. Y la gracia deriva del Amor e injerta en nosotros el Amor. De este modo nosotros los hombres, nacidos de los hombres, de nuestros padres, a la vez hemos nacido de Dios:
«Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios» (Ibíd. 4, 7).
Cristo es la luz de los hombres, porque gracias a El hemos sido engendrados por Dios, y cuando somos engendrados por Dios en Cristo, entonces también nosotros «conocemos a Dios»: conocemos al Padre, como también el Hijo conoce al Padre.”
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