Solamente María pudo hacer de los Apóstoles de Jesús, antes y
después de Pentecostés, un solo corazón y un alma sola (cf. Hch 1, 14; 4, 32).
Como si Cristo nos quisiera indicar que ha encomendado al cuidado maternal de
su Madre, la tarea de hacer de la Iglesia una sola familia donde reine el amor
y se ame ante todo a quien más sufre. Sí, en María tenemos el modelo de un amor
sin fronteras, el vínculo de comunión de todos los que somos por la fe y el
bautismo “discípulos” y “hermanos” de Jesús.
VIAJE APOSTÓLICO A AMÉRICA CENTRAL
(de la Homilía de Juan Pablo II en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Suyapa, Tegucigalpa, Honduras - 8 de marzo de 1983)
VIAJE APOSTÓLICO A AMÉRICA CENTRAL
(de la Homilía de Juan Pablo II en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Suyapa, Tegucigalpa, Honduras - 8 de marzo de 1983)
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