En un mundo como el nuestro, en el que intereses
contrapuestos amenazan frecuentemente la estabilidad y la paz de las naciones,
la labor del diplomático adquiere un destacado relieve en las relaciones
internacionales, sea a nivel bilateral como multilateral. Si bien las
decisiones últimas están en manos de los hombres de gobierno, la actividad del
diplomático informando con veracidad y precisión, orientando hacia caminos de
solución, creando puentes de diálogo, negociado y entendimiento, representa un
instrumento insustituible en el orden internacional.
El valor supremo de la paz, de la que habéis de ser
promotores convencidos, defensores infatigables y restauradores cuando sea el
caso, estimo que ha de colocarse entre vuestras prioridades como profesionales
de la diplomacia.
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