“…la
vida humana, por ser un bien fundamental del hombre, adquiere un significado
moral en relación con el bien de la persona que siempre debe ser afirmada por
sí misma: mientras siempre es moralmente ilícito matar un ser humano inocente,
puede ser lícito, loable e incluso obligatorio dar la propia vida (cf. Jn 15, 13)
por amor al prójimo o para dar testimonio de la verdad.”
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