"Por razón de su dignidad, todos los hombres, por ser
personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre y, por tanto,
enaltecidos con una responsabilidad personal, son impulsados por su propia
naturaleza a buscar la verdad, y además tienen la obligación moral de buscarla,
sobre todo la que se refiere a la religión. Están obligados, asimismo, a
adherirse a la verdad conocida y a ordenar toda su vida según las exigencias de
la verdad" (Dignitatis
humanae, I, 2).
No hay comentarios:
Publicar un comentario