Las exigencias sindicales no pueden transformarse en una
especie de "egoísmo" de grupo o de clase, por más que puedan y deban
tender también a corregir - con miras al bien común de toda la sociedad -
incluso todo lo que es defectuoso en el sistema de propiedad de los medios de
producción o en el modo de administrarlos o de disponer de ellos» (Ibíd. 20).”
(de la Homilía
del Beato Juan Pablo II en la Liturgia eucarística con los trabajadores en la
ciudad de Guayana - 29 de enero de 1985)
No hay comentarios:
Publicar un comentario