sábado, 14 de septiembre de 2024

Pensar en el Paraiso

 

¡Debemos pensar en el paraíso! ¡Jugamos la carta de nuestra vida cristiana apostando por el paraíso! Esta certeza y esta espera no desvía de nuestros compromisos terrenos, más aún, los purifica, los intensifica, como lo prueba la vida de todos los Santos. Nuestra vida es un camino hacia el paraíso, donde seremos amados y amaremos para siempre y de modo total y perfecto. Se nace sólo para ir al paraíso.

El pensamiento del paraíso debe volveros fuertes contra las tentaciones, comprometidos en vuestra formación religiosa y moral, vigilantes respecto al ambiente en que debéis vivir, confiados en que, si estáis unidos a Cristo, triunfaréis sobre toda dificultad.

Un gran poeta francés, convertido en su juventud, Paul Claudel, escribía: «El Hijo de Dios no vino a destruir el sufrimiento, sino a sufrir con nosotros. No vino a destruir la cruz, sino a tenderse sobre ella. Nos ha enseñado el camino para salir del dolor y la posibilidad de su transformación» (Positions et propositions).

(JuanPablo II en su alocución a los jóvenes en la parroquia romana de San Basilio –11 de marzo de 1979)

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