domingo, 24 de junio de 2012

El Ángelus y nuestra cercanía a Dios


“Cuando nos reunimos para el "Ángelus Domini!", no sólo pronunciamos las palabras de esta oración, sino que hacemos revivir en la memoria y en el corazón esas mismas palabras, con las que Ella, la Virgen, habló con Dios en ese momento inefable, cuando, de la boca de Gabriel, conoció su vocación a ser Madre del Verbo Eterno.”
Dios no estuvo nunca tan cerca del hombre ―y el hombre jamás estuvo tan cercano a Dios― como precisamente en ese momento: ¡en el instante del misterio de la Encarnación!
 Al recitar el "Ángelus" aprendemos pues de María la cercanía de Dios. Aprendemos que Él "está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente".

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