domingo, 19 de octubre de 2014

"El Espíritu Santo vendrá sobre ti..." (Lc 1, 35).”

“El ángel Gabriel, enviado por Dios, manifiesta a la Virgen él designio que el Señor tiene sobre Ella: dar a luz al Hijo mismo de Dios, que se convertirá en Rey y Salvador del nuevo Pueblo de Dios (cf. Lc 1, 31-33), la Iglesia. Es una forma nueva de Alianza. Esta vez Dios pide unirse a nosotros tomando nuestras mismas facciones.
María, ante la propuesta divina, se comporta de manera sabia y libre. Si Dios la interpela, también Ella interpela a su Dios: "¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?" (Lc 1, 34). El ángel le ofrece una iluminación ulterior sobre la voluntad divina: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti..." (Lc 1, 35).”

El significado moral del cuerpo

 “Una doctrina que separe el acto moral de las dimensiones corpóreas de su ejercicio es contraria a las enseñanzas de la sagrada Escritura y de la Tradición. Tal doctrina hace revivir, bajo nuevas formas, algunos viejos errores combatidos siempre por la Iglesia, porque reducen la persona humana a una libertad espiritual, puramente formal. Esta reducción ignora el significado moral del cuerpo y de sus comportamientos (cf. 1 Co 6, 19).”

miércoles, 8 de octubre de 2014

Maria Madre del Mesías

 “La acción del Espíritu Santo hace que en María la maternidad y la virginidad estén presentes de un modo que, aunque inaccesible a la mente humana, entre de lleno en el ámbito de la predilección de la omnipotencia de Dios. En María se cumple la gran profecía de Isaías: “La virgen grávida da a luz” (7, 14; cf. Mt 1, 22-23); su virginidad, signo en el Antiguo Testamento de la pobreza y de disponibilidad total al plan de Dios, se convierte en el terreno de la acción excepcional de Dios, que escoge a María para ser Madre del Mesías.
Espíritu Santo, Maria Madre

sábado, 4 de octubre de 2014

Cuerpo y alma son inseparables


“cuerpo y alma son inseparables: en la persona, en el agente voluntario y en el acto deliberado, están o se pierden juntos.”

viernes, 3 de octubre de 2014

Profundizar en la fe

 “Todo cristiano debe profundizar su fe constantemente; esto lo ayudará a acercarse más a Cristo resucitado y a ser su testigo en la sociedad. En efecto, en un mundo donde las personas no dejan de perfeccionar sus conocimientos científicos y técnicos, el conocimiento de la fe no puede limitarse al catecismo aprendido en la infancia. Para crecer humana y espiritualmente, el cristiano necesita evidentemente una formación permanente.”