sábado, 13 de enero de 2018

El primer evangelizador


 “El Señor Jesús es evangelizador —el primer evangelizador— como Pastor y como Puerta de las ovejas. El, no solamente anuncia la verdad, sino que es la Verdad misma dada a los hombres; no solamente señala el camino, sino que El es el camino; no solamente promete la vida, sino que es la Vida verdadera. Ningún otro evangelizador puede decir lo mismo de sí mismo. Y todos los demás evangelizadores, si quieren ser eficaces, han de saber representar e imitar al único Buen Pastor; han de hacer entrar a sus ovejas por la puerta que es Cristo; han de llamarlas por su nombre, con la única voz que ellas .reconocen y que es la voz de Jesús. Proceder de otra manera es, como dice el mismo Jesús, arriesgarse a ser «un extraño» o desconocido.

viernes, 5 de enero de 2018

Defended lo vuestro sin encerraros a los demás


 “Sé que tenéis sufrimientos…Defended, sí, vuestros bosques, vuestras tierras, vuestra cultura como algo que legítimamente os pertenece, pero sin olvidar la común condición de hijos de un mismo Dios, que repudia la violencia, la venganza, los odios. Ved en las otras razas, pueblos y gentes que comparten vuestro mismo cielo, ríos y bosques, lo que son de verdad: hermanos en Cristo, rescatados por su preciosa Sangre, llamados con vosotros a una convivencia en paz. Así también debéis ser apreciados vosotros por los demás: como hijos de Dios, miembros de la única Iglesia, hermanos entre hermanos.

Pero no podéis cerraros a los demás. Abrid las puertas a quienes se acercan a vosotros con un mensaje de paz y con las manos dispuestas a ayudaros. Entrad en comunicación con otras culturas y ámbitos más amplios, para enriqueceros mutuamente sin perder vuestra legítima identidad. Dejaos iluminar por el Evangelio que purifica y ennoblece vuestras tradiciones. No consideréis una pérdida el abandono de aquello que os alejaría de lo que Cristo enseña (Cf.. Matth. 18, 30) y, por tanto, de alcanzar una vida digna de los hijos de Dios.”

jueves, 4 de enero de 2018

La palabra de Dios y la palabra del hombre

“Podréis repetir la plegaria del Apóstol con tal de que vuestro ministerio de evangelización, de catequesis, de predicación, sea verdaderamente Palabra de Dios y no palabra de hombre, confundida quizá con afirmaciones y razonamientos pobremente humanos, enturbiada acaso por premisas cambiantes de sabor exclusivamente sociológico, político, terreno, más cercana a veces al saber técnico, o producto exclusivo de erudición y no fruto de la fe que proclama a Cristo, el Señor resucitado. El Concilio Vaticano II pide a los presbíteros un espíritu de contemplación, “porque, buscando cómo puedan enseñar más adecuadamente a los otros lo que ellos han contemplado, gustarán más profundamente la inescrutable riqueza de Cristo (Ef 3,8)” (Presbyterorum Ordinis, 13).”

(Juan Pablo II en su encuentro con sacerdotes, seminaristas y religiosos. Catedral primada de Bogotá, 1 de julio de 1986)

martes, 2 de enero de 2018

La urgencia de testimoniar el mensaje de salvación

“Desgraciadamente, en nuestra sociedad se ha difundido una cultura impregnada de egoísmo y cerrada al conocimiento y al amor de Dios. Es una cultura que, rechazando de hecho una sólida referencia a la trascendencia divina, engendra extravío e insatisfacción, indiferencia y soledad, odio y violencia. ¡Cuán urgente es, por tanto, testimoniar con alegría el único mensaje de salvación, antiguo y siempre nuevo, del Evangelio de la vida y de la luz, de la esperanza y del amor!