jueves, 4 de enero de 2018

La palabra de Dios y la palabra del hombre

“Podréis repetir la plegaria del Apóstol con tal de que vuestro ministerio de evangelización, de catequesis, de predicación, sea verdaderamente Palabra de Dios y no palabra de hombre, confundida quizá con afirmaciones y razonamientos pobremente humanos, enturbiada acaso por premisas cambiantes de sabor exclusivamente sociológico, político, terreno, más cercana a veces al saber técnico, o producto exclusivo de erudición y no fruto de la fe que proclama a Cristo, el Señor resucitado. El Concilio Vaticano II pide a los presbíteros un espíritu de contemplación, “porque, buscando cómo puedan enseñar más adecuadamente a los otros lo que ellos han contemplado, gustarán más profundamente la inescrutable riqueza de Cristo (Ef 3,8)” (Presbyterorum Ordinis, 13).”

(Juan Pablo II en su encuentro con sacerdotes, seminaristas y religiosos. Catedral primada de Bogotá, 1 de julio de 1986)

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