miércoles, 4 de julio de 2012

La eternidad


“La eternidad de Dios no corre con el tiempo del mundo creado, "no corresponde a El"; no lo "precede" o lo "prolonga" hasta el infinito; sino que está más allá de Él y por encima de Él. La eternidad, con todo el misterio de Dios, comprende en cierto sentido "desde más allá" y "por encima" de todo lo que está "desde dentro" sujeto al tiempo, al cambio, a lo contingente. Vienen a la mente las palabras de San Pablo en el Areópago de Atenas; "en Él... vivimos y nos movemos y existimos" (Act 17, 28). Decimos "desde el exterior" para afirmar con esta expresión metafórica la trascendencia de Dios sobre las cosas y de la eternidad sobre el tiempo, aún sabiendo y afirmando una vez más que Dios es el Ser que es interior al ser mismo de las cosas, y, por tanto, también al tiempo que pasa como un sucederse de momentos, cada uno de los cuales no está fuera de su abrazo eterno.”

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