«La conciencia moral no
encierra al hombre en una soledad infranqueable e impenetrable, sino que lo
abre a la llamada, a la voz de Dios. En esto, y no en otra cosa, reside todo el
misterio y dignidad de la conciencia moral: en ser el lugar, el espacio santo
donde Dios habla al hombre» 104.
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sábado, 29 de agosto de 2015
sábado, 1 de agosto de 2015
La conciencia y San Pablo
“Según las palabras de san Pablo, la conciencia, en cierto
modo, pone al hombre ante la ley, siendo ella misma «testigo» para el hombre: testigo de su fidelidad o infidelidad
a la ley, o sea, de su esencial rectitud o maldad moral. La conciencia es el
único testigo. Lo que sucede en la intimidad de la persona está oculto a la
vista de los demás desde fuera. La conciencia dirige su testimonio solamente
hacia la persona misma. Y, a su vez, sólo la persona conoce la propia respuesta
a la voz de la conciencia.”
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Conciencia,
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