“¡Que todos los religiosos y religiosas sepan
ofrecerse juntamente con Cristo, como una llama que se consume en el amor! ¡Que
vivan de El y para El, en la Iglesia y para la Iglesia! Y que María Santísima
los lleve a esta cada vez mayor intimidad con su Hijo, precediéndolos en el
camino de la oblación y de la donación. Sea siempre María vuestro ejemplo,
vuestro modelo, vuestra fuerza”
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