“Van a escondidas al
lugar donde Jesús había sido enterrado para volverlo a ver todavía y abrazarlo
por última vez. Las empuja el amor; aquel mismo amor que las llevó a seguirlo
por las calles de Galilea y Judea hasta al Calvario.
¡Mujeres
dichosas! No sabían todavía que aquella era el alba del día más importante de
la historia. No podían saber que ellas, justo ellas, habían sido los primeros
testigos de la resurrección de Jesús.
2. "Encontraron que la piedra había sido retirada del
sepulcro". (Lc 24,
2)
Así lo narra
el evangelista Lucas, y añade que, "entraron, pero no hallaron el
cuerpo del Señor Jesús" (24, 3). En un instante todo cambia. Jesús
"no está aquí, ha resucitado." Este anuncio que cambió la
tristeza de estas piadosas mujeres en alegría, resuena con inalterada
elocuencia en la Iglesia, en el curso de esta Vigilia pascual.”
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