“Ante un mundo de
apariencias, de injusticias y materialismo que nos rodea, os invito a todos, muchachos
y muchachas de Venezuela, a hacer, con responsabilidad y alegría, una
opción fundamental por Cristo en vuestras vidas: ¡Jóvenes, abrid las
puertas de vuestro corazón a Cristo! Él nunca defrauda. Él es el Camino de
la paz, la Verdad que nos hace libres y la Vida que nos colma de
alegría (cf. Missale romanum, «Prex eucharistica V/b».
Ante el miedo al futuro, al compromiso, al fracaso... Él es la
roca firme (cf. 1 Co 10, 4). Frente a doctrinas falaces y destructivas
del ser humano, Él es la luz que viene de lo alto (cf. Lc 1, 78). Ante
la tentación de los ídolos del poder, del dinero y del placer, Él nos hace
libres (cf Ga 5, 1). ¡Jesús es el único Salvador y no hay otro
nombre bajo el cielo por el que podamos salvarnos! (Hch 4, 12).”
(Beato
Juan Pablo II – del discurso a los jóvenes en la Av. De los Próceres - Caracas,
Domingo 11 de febrero de 1996)
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