“¡Sed firmes en la fe
como este Pilar de Zaragoza!
Sed coherentes en vuestro comportamiento
personal, familiar y público con las enseñanzas y ejemplos de Nuestro Señor
Jesucristo!
Dad testimonio práctico de la grandeza y de la bondad de Dios ante
aquellos que no le conocen o, conociéndole, parecen avergonzarse de El, en
público o en privado.
Superad la tentación de las desconfianzas y las
divisiones estériles, viviendo con gozo y generosidad la unidad de la fe y la
comunión del amor de Cristo. ”
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