“La vocación sacerdotal o a la vida consagrada es una
llamada fundamental a seguir a Cristo, a vivir su misterio de gracia, a convivir
con El, a ser sus imitadores. Es una invitación a gritar el Evangelio con la
vida; cada uno según la especial llamada de Cristo, y todos juntos en la Iglesia.”
(de la Homilía
del beato Juan Pablo II – Celebración de la Palabra con los sacerdotes y los
religiosos en Caracas - 28 de enero de 1985)
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