En esta encrucijada de la historia en busca de
esperanza, la Iglesia le anuncia la savia siempre nueva del Evangelio, creador
de cultura, fuente de humanidad, al mismo tiempo que promesa de eternidad. Su secreto es el Amor. Es la necesidad primordial de toda cultura humana. Y el nombre de este Amor es Jesús, Hijo de María. Queridos
amigos, llevadlo, como ella, con confianza, por todos los caminos de los
hombres, al corazón de las nuevas culturas que tenemos que construir entre los
hombres, con los hombres. Estad convencidos: la fuerza del Evangelio es capaz
de transformar las culturas de nuestro tiempo por su fermento de justicia y de
caridad en la verdad y la solidaridad. Esta fe que llega a ser cultura es
fuente de esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario