sábado, 14 de abril de 2012

La «la legítima defensa»


La  «la legítima defensa»  puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otro, del bien común de la familia o de la sociedad ».44 Por desgracia sucede que la necesidad de evitar que el agresor cause daño conlleva a veces su eliminación. En esta hipótesis el resultado mortal se ha de atribuir al mismo agresor que se ha expuesto con su acción, incluso en el caso que no fuese moralmente responsable por falta del uso de razón. 45

de la Encíclica Evangelium Vitae (55) del Beato Juan Pablo II

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