lunes, 20 de agosto de 2012

“Para ti quien soy yo”?


Pero para vosotros, ¿quién soy yo?". Todos nosotros conocemos ese momento, en el que no basta hablar de Jesús repitiendo lo que los otros han dicho, sino que hay que decir lo que uno piensa; no basta recoger una opinión, sino que es preciso dar testimonio, sentirse comprometido por el testimonio y después llegar hasta los extremos de las exigencias de ese compromiso. Los mejores amigos, seguidores, apóstoles de Cristo fueron siempre los que percibieron un día dentro de sí la pregunta definitiva, que no tiene vuelta de hoja, ante la cual todas las demás resultan secundarias y derivadas: "Para ti, ¿quién soy yo?". La vida, el destino, la historia presente y futura de un joven, depende de la respuesta nítida y sincera, sin retórica ni subterfugios, que puede dar a esa pregunta. Esa respuesta ha transformado ya la vida de muchos jóvenes.
Jóvenes, Cristo, Jesus

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