lunes, 29 de abril de 2013

La salvación y la misión

“Si Jesús, después de haber impartido el mandato de ir y de predicar, había advertido que la salvación depende de la fe y, de recibir el bautismo (16, 16), Pablo, mediante un lúcido examen lógico y teológico individua las varias fases y distintos momentos que vinculan íntimamente entre sí la salvación y la misión. ¿Cómo se nos da la salvación? El responde: se nos da la salvación si se invoca al Señor; pero para invocarlo es necesario creer; y para creer es preciso oír hablar; y para oír hablar es necesario anunciar; y para anunciar es necesario ser enviados (cf. Rom 10, 13-15). He aquí, pues, los pasos obligados entre el punto de partida y el de llegada. He aquí cómo del envío o misión viene a depender el deseado destino final que es la salvación, a través del camino crucial de la fe, recibida después de la escucha atenta de quien la anuncia y, cuando se haya convertido en opción personal y convicción profunda del corazón, se manifiesta también en la confesión de la boca (ib., 9-10).”


No hay comentarios:

Publicar un comentario