jueves, 11 de abril de 2013

Juan Pablo II a los seminaristas

“Recordad que en el análisis final la perseverancia en la fidelidad es una prueba no de valor y fortaleza humanos, sino de eficacia de la gracia de Cristo. Por tanto, si hemos de perseverar, hemos de ser hombres de oración que, a través de la Eucaristía, la Liturgia de las Horas y los encuentros personales con Cristo, encuentren el coraje y la gracia para ser fieles. Confiemos, por tanto, recordando las palabras de San Pablo: "Todo lo puedo en Aquel que me conforta" (FIp 4, 13”



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