“La contribución de la Iglesia está íntimamente vinculada a su misión
evangelizadora, que consiste en sembrar la buena semilla del Evangelio en los surcos
de la historia de los pueblos para que, acogiendo el germen vital de la fe que
salva, produzcan frutos de justicia y paz, libertad y verdad.”
(del discurso del BeatoJuan Pablo II al Embajador de Albania ante la Santa Sede – 1 de marzo de 1997)
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