sábado, 5 de abril de 2014

Función y responsabilidad del empresario

“La doctrina social de la Iglesia considera que la capacidad de iniciativa y empresarial es parte esencial del «trabajo humano, disciplinado y creativo» (Centesimus annus, 32), reconociendo al empresario el papel de protagonista del desarrollo. El dinamismo, el espíritu de iniciativa y la creatividad, indispensables para un empresario, hacen de él una figura clave del bienestar social.
Por tanto, debe tutelarse y valorarse el derecho a la empresa privada y a la libre iniciativa económica, puesto que es «importante no sólo para el individuo en particular, sino también para el bien común » (Sollicitudo rei socialis, 15). A este derecho corresponde la responsabilidad del empresario, llamado a hacer de la empresa una comunidad de hombres que trabajan con los demás y para los demás (cf. Centesimus annus, 30), y que se ayudan recíprocamente a madurar como seres humanos, sin marginar a nadie. “


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