domingo, 31 de mayo de 2015

Maria, el Arca de la Nueva Alianza y nosotros

 “María, envuelta por la mística nube del Espíritu Santo, da su propio consentimiento al proyecto de Dios. Desde aquel instante su seno se convierte en el Arca de la Nueva Alianza, el sagrario bendito donde ha bajado a morar la presencia encarnada de Dios.
Como arca, que lleva en si al Señor hecho carne, María es tipo de todo creyente. En efecto, cada uno de nosotros, cuando acoge la Palabra de Dios pronunciando su "fiat", hace de la propia persona el santuario de la inhabitación divina. Nos lo asegura Jesús, quien dice: "Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada" (Jn14, 23).”

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