sábado, 29 de abril de 2017

Convertirnos en hijos de Dios

“Jesús, con su muerte, es Aquel que ha reunido en la unidad a todos los hijos de Dios que estaban dispersos (Jn 11, 51-52). Ahora, los "dispersos" son todos los hombres, en cuanto víctimas del maligno, que arrebata y dispersa (Jn 10, 12). Pero todos ellos pueden convertirse en "hijos de Dios", si acogen a Cristo y a su Palabra (Jn 1, 12; 1 Jn 5, 1). Y Cristo, reúne a la humanidad dispersa en otro templo, es decir, en su misma Persona, que revela al Padre y lleva a los hombres a la unión perfecta con Él (Jn 10, 30; 17, 21).”


No hay comentarios:

Publicar un comentario