jueves, 11 de mayo de 2017

Para ser un hogar una ciudad necesita un alma

“Las enormes concentraciones de gente crean problemas y necesidades especiales. Se necesita el esfuerzo personal y la colaboración leal de todos para hallar soluciones justas, de modo que todos los hombres, mujeres y niños puedan vivir dignamente y desarrollar al máximo sus potencialidades, sin tener que padecer carencia de educación, de vivienda, de empleo y de oportunidades culturales. Sobre todo, una ciudad, si quiere llegar a ser un verdadero hogar para todos los seres humanos que la habitan, necesita un alma. Vosotros, la gente, debéis proporcionarle esa alma. ¿Cómo podéis hacer esto? Amándoos unos a otros. El amor mutuo debe ser el distintivo de vuestras vidas. Jesucristo nos dice en el Evangelio: `"Amarás al prójimo como a ti mismo" (Mt 22, 39).” 

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