“Es de suma importancia redescubrir el nexo
inseparable entre vida y libertad. Son bienes
inseparables: donde se viola uno, el otro acaba también por ser violado. No hay
libertad verdadera donde no se acoge y ama la vida; y no hay vida plena sino en
la libertad. Ambas realidades guardan además una relación innata y peculiar,
que las vincula indisolublemente: la vocación al amor. Este amor, como don
sincero de sí, 125 es el
sentido más verdadero de la vida y de la libertad de la persona.”
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