“Y hay que reconocer, por desgracia, como lo muestra cruelmente la experiencia actual, que el hambre en el mundo no proviene siempre únicamente de las circunstancias geográficas, climáticas o agrícolas desfavorables, aquellas que vosotros os esforzáis por mitigar poco a poco; proviene además del hombre mismo, de las deficiencias de la organización social, que impide la iniciativa personal, e incluso del terror y de la opresión de sistemas ideológicos y prácticas inhumanas.”
(del discurso del Santo Padre Juan Pablo I a la Asamblea General de la organización para la alimentación y la agricultura (FAO) el 12 de noviembre de 1979)
(del discurso del Santo Padre Juan Pablo I a la Asamblea General de la organización para la alimentación y la agricultura (FAO) el 12 de noviembre de 1979)
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