viernes, 9 de noviembre de 2012

Empeñarse por el bien común


“Si se quiere que la paz sea verdaderamente una realidad para la comunidad de las naciones…., hace falta una solidaridad genuina, una solidaridad que no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos» (carta encíclica Sollicitudo rei socialis, 38). Esta solidaridad debe estar abierta a todos, porque no podemos vivir con seguridad o con tranquilidad cuando nuestros hermanos o hermanas están acosados por el miedo y la angustia.”

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