domingo, 18 de noviembre de 2012

No basta “especializar” a los jóvenes


 “No basta "especializar" a los jóvenes trabajadores, o sea, hacerlos idóneos para el oficio y la específica capacitación que requieren las máquinas modernas y la técnica; no basta preparar técnicos, sino que es necesario formar personalidades. Esta formación no se agota con hacer del joven obrero un complemento inteligente ―pero subordinado― de su instrumento; sino que debe hacer de él un hombre completo, reflexivo, responsable, conocedor no sólo de las realidades mecánicas económicas y sociales, sino también de las morales y religiosas. El joven que trabaja toma la vida en serio, demuestra tener sentido del deber, conocer el valor del tiempo, de la fatiga y del dinero; hacer del trabajo no sólo una ley de vida, sino un principio de desarrollo personal y social. "El joven trabajador vale más que todo el oro del mundo": son palabras del cardenal Cardijn tan experto y benemérito en lo que se refiere a los jóvenes obreros.”

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