jueves, 18 de julio de 2013

La dignidad de la persona humana

“Provengo de una nación con una larga tradición de profunda fe cristiana y con una historia nacional marcada por numerosas vicisitudes; durante más de cien años, Polonia fue incluso borrada del mapa político de Europa. Pero es también un país marcado por un profundo respeto hacia esos valores sin los que ninguna sociedad puede prosperar: amor a la libertad, creatividad cultural y convicción de que el empeño común por el bien de la sociedad debe ser guiado por un auténtico sentido moral. Mi propia misión espiritual y religiosa me impulsa a ser mensajero de paz y fraternidad, y a testificar en pro de la grandeza de toda persona humana. Esta grandeza deriva del amor de Dios, que nos creó a su propia imagen y nos concedió un destino eterno. En esta dignidad de la persona humana es donde yo veo el significado de la historia y donde encuentro el principio que confiere sentido al papel que todo ser humano debe asumir de cara a su propio desarrollo y al bienestar de la sociedad a la que pertenece.”

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