Venimos
aquí, queridos hermanos, para repetir con Cristo el Señor estas palabras, para
«alabar al Padre»;
--
venimos para alabarlo con motivo de lo que Él ha revelado, hace ocho siglos, a
un Pequeño, al Pobrecillo de
Asís;
--
las cosas del cielo y de la tierra, que los filósofos «no habían ni siquiera
soñado»;
--
las cosas escondidas a quienes son «sabios» sólo humanamente, y sólo
humanamente «inteligentes»;
-- estas «cosas» el Padre, el Señor del cielo
y de la tierra, las ha revelado a
Francisco y por medio de Francisco.
Por
medio de Francisco de Pietro di Bernardone, es decir, el hijo de un rico
comerciante de Asís, que abandonó toda la heredad del padre terreno y se
desposó con «Madonna Povertà», la heredad
del Padre celestial, que le era ofrecida en Cristo crucificado y
resucitado.
(Visitaapostólica del Papa Juan Pablo II a Asís en el VIII Centenario de nacimiento desan Francisco)
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