“La
Cruz de Jesús tiene un valor y un significado siempre vivo y actual, pues de
ese madero brotan incesantemente para todos los frutos de la Redención. En ella
están las raíces de la vida nueva a la vez que nos abre continuas esperanzas y
perspectivas (cf. Ut
unum sint, 1). Por eso, hemos de alimentar nuestra fe con una continua
meditación del misterio redentor que se realizó de una vez para siempre en el
Gólgota.
(del discursodel Beato Juan Pablo II a los fieles en la Basílica del «Cristo Negro» Esquipulas, Guatemala - 6 de febrero de 1996)
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