“Cuando una pareja en
situación irregular vuelve a la práctica cristiana es necesario acogerla con
caridad y benevolencia, ayudándola a aclarar el estado concreto de su
condición, a través de un trabajo pastoral iluminado e iluminador. Esta pastoral
de acogida fraterna y evangélica es de gran importancia para los que habían
perdido el contacto con la Iglesia, pues es el primer paso necesario para
insertarlos en la práctica cristiana. Es preciso acercarlos a la escucha de
la palabra de Dios y a la oración, implicarlos en las obras de caridad que
la comunidad cristiana realiza en favor de los pobres y los necesitados, y
estimular el espíritu de arrepentimiento con obras de penitencia, que
preparen su corazón para acoger la gracia de Dios. “
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