« Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado » (Jr 1, 5): la existencia de cada individuo, desde su origen, está en el designio divino.
(de la Encíclica Evangelium Vitae, 44 del Beato Juan Pablo II)
(de la Encíclica Evangelium Vitae, 44 del Beato Juan Pablo II)
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