jueves, 19 de septiembre de 2013

El bautismo: el mayor don

 En el día de nuestro bautismo recibimos el mayor don que Dios puede otorgar al hombre y a la mujer. Ningún otro honor, ninguna otra distinción alcanzarán a igualar su valor. Porque fuimos liberados del pecado e incorporados a Cristo y a su Cuerpo que es la Iglesia. Ese día, y cada uno de los días sucesivos, fuimos elegidos "para que fuésemos santos e inmaculados ante El" (Ef 1, 4).”

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