lunes, 9 de septiembre de 2013

El tesoro de la fe

“Pocos de entre nosotros pueden hoy, en su praxis de fe, sentirse sostenidos todavía con facilidad por un fuerte ambiente creyente. Más bien tenemos que decidirnos, conscientemente, a querer ser cristianos declarados y tener el valor, si es necesario, de diferenciarnos de nuestro ambiente. Presupuesto para un decisivo testimonio cristiano de vida así, es que observemos y tomemos la fe como una preciosa posibilidad de vida, que es superior a los modos de vivir y a la praxis vital del mundo ambiente.
Deberíamos aprovechar cualquier oportunidad para experimentar cómo la fe enriquece nuestra vida, cómo produce en nosotros una adecuada fidelidad en la lucha vital, cómo fortalece nuestra esperanza contra el asalto de cualquier forma de pesimismo y duda, cómo nos motiva, fuera de todo extremismo, para un compromiso por la justicia y la paz en el mundo, cómo, finalmente, nos puede consolar en el sufrimiento y nos puede alentar.”
(Beato Juan Pablo II en la homilía de la Santa Misa celebrada en Osnabrück el 16 de  noviembre de 1980

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