jueves, 4 de septiembre de 2014

El deber de la propia santificación

 “Vuestro primer deber apostólico es vuestra propia santificación. Ningún cambio en la vida religiosa tiene importancia alguna si no es también una conversión de vosotras mismas a Cristo. Ningún movimiento de la vida religiosa tiene valor alguno si no es simultáneamente un movimiento hacia el interior, hacia el "centro" profundo de vuestra existencia, donde Cristo tiene su morada.”
(San Juan Pablo II  en su discurso a los sacerdotes, religiosos yreligiosas, Maynoth, 1 de octubre de 1979)

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