domingo, 21 de septiembre de 2014

Maria, Hija de Sión

 “El Concilio Vaticano II atribuye a la Virgen también el título de "excelsa Hija de Sión" (Lumen gentium, 55). Es un apelativo que debe sus orígenes a las tradiciones del Antiguo Testamento y es una expresión de sabor netamente oriental.
En efecto, Sión era la roca de la antigua Jerusalén. Sobre esta cumbre el Rey David hizo transportar el Arca de la Alianza (cf. Sam 6), y su hijo Salomón construyó allí el templo (2 Sam 24, 16-25 [cf. Par 3, 1], 1 Re 6). Desde entonces, con el nombre de Sión se designa sobre todo el monte del Templo (cf. Is 18, 7; Jer 26, 18; Sal 2, 6; 48, 2-3). Sión, pues, era como el corazón de Jerusalén, la parte más sagrada de la Ciudad Santa, puesto que allí moraba el Señor, en su casa. Como tal, la colina de Sión pasó a designar toda Jerusalén (cf. Is 37, 32: 51, 11; Jer 26, 18; 51, 35; Sof 3, 16), y también todo Israel (cf. Is 46, 13; Sal 149, 2), del que Jerusalén era el centro religioso y político.
3. María puede ser llamada "Hija de Sión"' en cuanto que en su persona culmina y se concreta la vocación de la antigua Jerusalén y de todo el pueblo elegido. Ella es la flor de Israel, que brota al final de un largo camino, hecho de luces y sombras, durante el cual Dios iba preparando a Israel para acoger al Mesías. En María de Nazaret, Dios realiza con antelación las promesas hechas a Abraham y a su descendencia.”

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