“Es necesario que el hombre de hoy se dirija nuevamente a Cristo para
obtener de él la respuesta sobre lo que es bueno y lo que es malo. Él
es el Maestro, el Resucitado que tiene en sí mismo la vida y que está siempre
presente en su Iglesia y en el mundo. Es él quien desvela a los fieles el libro
de las Escrituras y, revelando plenamente la voluntad del Padre, enseña la
verdad sobre el obrar moral. Fuente y culmen de la economía de la salvación,
Alfa y Omega de la historia humana (cf. Ap 1, 8; 21, 6; 22, 13), Cristo revela la condición
del hombre y su vocación integral.”
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