“Ciertamente
todas las artes y oficios son útiles y válidos, y cada trabajo y empleo debe
ser valorado justamente, estimado y respetado. Pero el trabajo del campo es
esencial y todos somos deudores a aquellos que se dedican a él. Ese trabajo
exige continuidad, maña, gusto y estima de los valores tradicionales,
aceptación del riesgo, amor a la fatiga, sentido de responsabilidad. Continuad
amando la tierra: ¡Inculcad este amor a los jóvenes que forman las nuevas
familias! ¡Y toda la sociedad, por tantos motivos, debe estaros sinceramente
agradecida!”
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