“De hecho, como dice claramente la Revelación, el mundo de
los espíritus puros aparece dividido en buenos y malos. Pues bien, esta
división no se obró por creación de Dios, sino en base a la propia libertad de
la naturaleza espiritual de cada uno de ellos. Se realizó mediante la
elección que para los seres puramente espirituales posee un carácter
incomparablemente más radical que la del hombre y es irreversible,
dado el grado de intuición y de penetración del bien, del que está dotada su
inteligencia. A este respecto se debe decir también que los espíritus puros han
sido sometidos a una prueba de carácter moral. Fue una opción decisiva,
concerniente ante todo a Dios mismo, un Dios conocido de modo más esencial y
directo que lo que es posible al hombre, un Dios que había hecho a estos seres
espirituales el don, antes que al hombre, de participar en su naturaleza divina.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario