“Es necesario reafirmar que el oficio episcopal es, ante todo,
de orden espiritual. El pastor, centinela, vigilante, contempla a los fieles y
a toda la sociedad con una mirada iluminada por la perspectiva evangélica y la
experiencia eclesial. Escuchando lo que «el Espíritu dice a las Iglesias» (Ap
2, 7), puede ejercer sus responsabilidades, comenzando por un
discernimiento abierto y benévolo sobre los éxitos o los fallos, las
iniciativas dinámicas o la pasividad lamentable que jalonan el camino del
pueblo de Dios.”
Obispos, oficiio episcopal
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