viernes, 26 de junio de 2015

Libertad del hombre y ley de Dios

 “La relación que hay entre libertad del hombre y ley de Dios tiene su base en el corazón de la persona, o sea, en su conciencia moral: «En lo profundo de su conciencia —afirma el concilio Vaticano II—, el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, pero a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándolo siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia está la dignidad humana y según la cual será juzgado (cf. Rm 2, 14-16)» 101.”

lunes, 22 de junio de 2015

El Señor nuestra luz y nuestra salvación.

 “ ¿de qué modo es el Señor nuestra luz y nuestra salvación? Cristo se convierte para nosotros en luz y salvación a partir de nuestro bautismo, en el que se nos aplican los frutos infinitos de su bendita muerte en la cruz: entonces viene a ser "para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención" (1 Cor 1, 30). Precisamente para los bautizados, conscientes de su identidad de salvados, valen con plenitud las palabras de la Carta a los Efesios: "Fuisteis algún tiempo tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad, pues, como hijos de la luz. El fruto de la luz es todo bondad, justicia y verdad" (Ef 5, 8-9).

viernes, 19 de junio de 2015

La naturaleza del hombre y la cultura

 “No se puede negar que el hombre existe siempre en una cultura concreta, pero tampoco se puede negar que el hombre no se agota en esta misma cultura. Por otra parte, el progreso mismo de las culturas demuestra que en el hombre existe algo que las transciende. Este algo es precisamente la naturaleza del hombre: precisamente esta naturaleza es la medida de la cultura y es la condición para que el hombre no sea prisionero de ninguna de sus culturas, sino que defienda su dignidad personal viviendo de acuerdo con la verdad profunda de su ser.”

jueves, 18 de junio de 2015

Gritarán las piedras


 “Si silenciamos la alegría que nace de conocer a Jesús, gritarán incluso las piedras de nuestras ciudades. Porque somos un pueblo pascual y el aleluya es nuestro canto. Con San Pablo os digo: "Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo, alegraos" (Flp 4, 4).”

viernes, 12 de junio de 2015

Amor a Dios y al prójimo

 “el mandamiento del amor a Dios y al prójimo no tiene en su dinámica positiva ningún límite superior, sino más bien uno inferior, por debajo del cual se viola el mandamiento.

lunes, 1 de junio de 2015

San Pablo, maestro y guía

 “En el camino de Damasco, caído en el polvo, San Pablo queda cegado por la luz fulgurante de aquel Jesús a quien él perseguía en los cristianos; sigue su conversión inmediata y decisiva, evidente obra milagrosa de la gracia de Dios, porque Pablo debía ser el primer autorizado intérprete del mensaje de Jesús, divinamente inspirado. El Divino Maestro le manda levantarse y proseguir el camino; y desde ese momento, se puede decir que San Pablo se convierte en maestro y guía del conocimiento y del amor a Cristo.