Se trata de una invitación de actualidad en el tiempo de Cuaresma…. La invitación se dirige a cada hombre, a su interior, a su conciencia. La conciencia es la medida del hombre. Ella da testimonio de su grandeza, de su profundidad. Para que esta profundidad se abra, para que el hombre no se deje quitar tal grandeza, Dios habla con la palabra de la cruz. Verbo crucis: ésta es la palabra última, definitiva. Dios ha querido emplear y emplea siempre en las relaciones con el hombre esta palabra que toca la conciencia, que tiene capacidad de rasgar el corazón humano.
El hombre interior debe preguntarse a sí mismo
por qué motivo se ha decidido Dios a hablar con esta palabra. ¿Qué significado
tiene esta decisión de Dios en la historia del hombre? Esta es la pregunta
fundamental de la Cuaresma y del período litúrgico de la pasión del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario