¡Escuchad,
hombres y mujeres de buena voluntad!
Que la tentación
de la venganza
abra paso a la
valentía del perdón;
que la cultura
de la vida y del amor
haga vana la
lógica de la muerte;
que la confianza
vuelva a reanimar la vida de los pueblos.
Si nuestro
futuro es único,
es un compromiso
y un deber de todos construirlo
con paciente y
solícita clarividencia.
"Señor,
¿a quién vamos a acudir?"
Sólo Tú, que has
vencido a la muerte,
"tienes
Palabras de vida eterna" (Jn 6,68).
(Juan Pablo II Mensaje Urbi et Orbi 11 de abril
2004)
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